Ciudad de México. El Gobierno mexicano anunció un golpe de timón en su política comercial: los automóviles y otros productos provenientes de China y varios países de Asia enfrentarán un arancel de hasta 50 por ciento, una de las medidas más agresivas en décadas para proteger a la industria nacional.
El encargado de dar el anuncio fue Marcelo Ebrard, secretario de Economía, quien aseguró que la decisión responde a un creciente flujo de vehículos que llegan al país con precios “por debajo de los valores de referencia”, lo que se considera competencia desleal o incluso dumping.
Actualmente, los autos importados pagan un arancel cercano al 20 por cieno, pero la nueva medida —ya enviada a la Cámara de Diputados para su aprobación— lleva la tasa al máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC). De ser avalada, entraría en vigor 30 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
El incremento no se limita a los vehículos. La propuesta contempla alrededor de 1 mil 463 fracciones arancelarias, que incluyen autopartes, electrónicos, plásticos y textiles, lo que representa cerca del 8.6 por ciento de las importaciones totales de México.
“Queremos defender los empleos de la industria automotriz y asegurar condiciones justas de competencia”, dijo Ebrard, subrayando que la medida busca reducir el déficit comercial con China, que en los últimos años ha marcado cifras récord.
El movimiento abre un nuevo capítulo en la relación México–Asia. Para los consumidores, la consecuencia inmediata podría ser un alza en los precios de los autos importados, mientras que en el plano internacional se espera la reacción de China, que podría responder en la OMC o con medidas espejo.
Expertos advierten que, aunque la medida protege al sector automotriz local, también tensiona la balanza entre atraer inversión extranjera y mantener abiertos los canales del comercio global.