Ciudad de México. La industria automotriz mexicana enfrenta un duro golpe tras la imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos, medida que ha generado una caída significativa en las exportaciones y podría afectar la economía nacional.
Entre enero y mayo de 2025, las exportaciones de vehículos desde México cayeron un 6.3% respecto al mismo periodo del año pasado, alcanzando 1.2 millones de unidades. La producción también mostró una ligera disminución del 0.5%, con 1.6 millones de autos fabricados, según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Se estima que los aranceles podrían provocar una caída de hasta el 12% en las exportaciones automotrices mexicanas, con repercusiones directas en el Producto Interno Bruto (PIB), que podría reducirse hasta un 4%. La situación genera preocupación en el sector y entre los trabajadores, que ven amenazados sus empleos por la desaceleración de la producción y la posible relocalización de plantas hacia Estados Unidos.
Grandes fabricantes como Volkswagen, Mazda y Mercedes Benz han reducido sus exportaciones, mientras General Motors ha comenzado a trasladar parte de su producción fuera del país. Incluso Michelin anunció el cierre de su planta en Querétaro debido a la obsolescencia de sus instalaciones.
Mazda ha sido una de las marcas más perjudicadas. A nivel nacional, sus exportaciones se redujeron cerca del 35 %. En Guanajuato, donde la planta de Salamanca es un eje estratégico de producción, el retroceso alcanza el 32 %, lo que representa unas 24 mil unidades menos enviadas al extranjero respecto al año pasado. Este impacto refleja la vulnerabilidad de la marca ante el incremento de barreras comerciales y su alta dependencia del mercado estadounidense.
El gobierno mexicano mantiene negociaciones con la administración estadounidense en un intento por mitigar el impacto de los aranceles, aunque el panorama sigue siendo incierto y la industria automotriz se prepara para enfrentar desafíos importantes en los próximos meses.
Los aranceles impuestos por Estados Unidos no solo afectan la economía mexicana, sino también la estabilidad del sector automotriz y los miles de empleos que dependen de esta industria clave. La respuesta del gobierno y la capacidad de adaptación de las empresas serán determinantes para el futuro de este sector estratégico.