Un incidente de racismo ensombreció el fútbol femenino en la semifinal de la Copa Brasil Femenina entre River Plate y Grêmio, disputada el viernes en Sao Paulo. La policía detuvo a cuatro jugadoras del equipo argentino tras ser acusadas de realizar gestos racistas y proferir insultos, informó la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo.
El conflicto comenzó cuando Candela Díaz, jugadora de River Plate, fue señalada por realizar gestos similares a los de un mono dirigidos a un joven recogebalones, según imágenes de la transmisión y reportes de medios locales. Este acto desató una serie de protestas por parte del equipo brasileño, lo que llevó a la interrupción del partido.
Díaz, junto con sus compañeras Juana Cangaro, Milagros Naiquen Díaz y Camila Ayelen Duarte, fue arrestada tras los incidentes. Según su abogada, Thais Sankari, las jugadoras permanecerán bajo custodia al menos hasta este lunes, mientras se presenta un recurso para buscar su liberación. Sankari calificó el castigo como “desproporcionado”.
El árbitro expulsó a seis jugadoras de River Plate después de una pelea en el campo, lo que dejó al equipo sin el número mínimo requerido para continuar el partido. Como resultado, Grêmio fue declarado ganador del encuentro, que estaba empatado 1-1 al momento de la suspensión, y avanzó a la final del torneo el domingo.
Los organizadores de la Copa Brasil Femenina tomaron medidas contundentes, expulsando a River Plate del torneo para los próximos dos años. En un comunicado, enfatizaron su compromiso de combatir el racismo, advirtiendo que cualquier equipo cuyos miembros cometan actos discriminatorios será inmediatamente descalificado en futuras ediciones.
Este caso ha generado indignación en el ámbito deportivo y ha reavivado el debate sobre el racismo en el fútbol. La comunidad internacional pide sanciones ejemplares para erradicar este tipo de comportamientos y promover un deporte más inclusivo y respetuoso.
Información vía: Record.