Quema de vehículos y cierres carreteros afectaron a Michoacán y Guanajuato; autoridades atribuyen los hechos al crimen organizado y despliegan operativos para recuperar la zona.
Una serie de narcobloqueos volvió a encender las alertas en el Bajío después de que grupos del crimen organizado bloquearan carreteras y quemaran vehículos en distintos puntos de Michoacán y Pénjamo, Guanajuato. Las afectaciones dejaron interrupciones prolongadas en rutas estratégicas y generaron tensión entre transportistas y automovilistas que quedaron varados durante varias horas.
Los hechos se registraron en al menos 17 puntos carreteros, donde tráileres, una pipa y vehículos particulares fueron incendiados para impedir el paso, principalmente en tramos que conectan Pénjamo con Abasolo, La Piedad y la carretera Federal 90. En Michoacán, los bloqueos se extendieron hacia municipios colindantes con Jalisco y la región Ciénega.
De acuerdo con reportes oficiales, estas acciones habrían sido ordenadas por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como reacción a operativos recientes en territorio michoacano. La presidenta Claudia Sheinbaum señaló que los hechos derivan de “conflictos entre grupos del crimen organizado”, y descartó que existan indicios de riesgo para la población más allá de los cierres momentáneos.
La respuesta de las autoridades incluyó el despliegue de elementos de la Guardia Nacional, Ejército y policías estatales, quienes trabajaron en la liberación de vialidades y en la retirada de unidades siniestradas. En Pénjamo, agentes municipales fueron agredidos cuando intentaban evitar la instalación de uno de los bloqueos.
Aunque la circulación fue restablecida durante las siguientes horas, los hechos reflejan la presión que mantienen los grupos criminales en la zona y la necesidad de reforzar la vigilancia en los límites entre Michoacán, Guanajuato y Jalisco, donde se han concentrado recientes episodios de violencia.



