Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, notificó al Congreso que su gobierno considera al país en “conflicto armado no internacional” contra los cárteles de la droga, una decisión que marca un giro histórico en la estrategia de seguridad estadounidense.

En el memorando oficial, la Casa Blanca calificó a los integrantes de estas organizaciones criminales como “combatientes ilegales”, lo que permitiría al ejército y a las agencias de seguridad actuar bajo las normas del derecho de los conflictos armados.

La declaración ocurre tras recientes ataques militares contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el Caribe, vinculadas presuntamente con redes venezolanas, donde murieron al menos 17 personas.

La medida ha provocado debate en Washington. Mientras la administración Trump defiende que se trata de una respuesta legítima frente a “actos hostiles” contra la seguridad nacional, legisladores y expertos legales advierten que la designación abre la puerta a operaciones militares sin supervisión del Congreso y con un fundamento jurídico cuestionado.

Con este anuncio, Estados Unidos eleva de manera formal su ofensiva contra el narcotráfico, en un movimiento que podría redefinir las relaciones internacionales y tener repercusiones directas en América Latina.