Washington, D.C. La administración de Donald Trump anunció un paquete histórico de rescisión que cancela 5 mil millones de dólares en fondos para ayuda exterior y financiamiento de organizaciones internacionales, una medida que, de acuerdo con la Casa Blanca, busca frenar el gasto público “descontrolado, instrumentalizado y derrochador”.
El presidente recurrió a la Ley de Control de Embargos, utilizada por última vez hace más de cinco décadas, para ejercer esta facultad y alinear los recursos federales con la agenda de “América Primero”.
La medida afecta a varias agencias y programas, entre ellos:
- USAID – Asistencia para el Desarrollo (AD): Se eliminan 3 mil 200 millones de dólares destinados a programas de combate a la pobreza en el extranjero. La Casa Blanca argumentó que esos recursos han financiado proyectos “antitéticos a los valores estadounidenses”, incluyendo iniciativas de cambio climático, diversidad e inclusión, así como programas culturales en países como Zimbabwe, Honduras y Colombia.
- Fondo para la Democracia (USAID y Departamento de Estado): Se rescinden 322 millones de dólares. Según el gobierno, esta bolsa financió proyectos que “socavan los valores de EE.UU.” e incluso habrían intervenido en elecciones extranjeras. Entre los recortes figuran apoyos para iniciativas de democracia inclusiva, perspectiva de género y derechos LGBTQ+ en África, Sudáfrica y los Balcanes Occidentales.
- Contribuciones a Organizaciones Internacionales (CIO): Se cortan 521 millones de dólares que iban a la ONU, UNESCO, OIT y la OPS. La Casa Blanca calificó a estas instituciones de actuar en contra de los intereses estadounidenses, citando casos de antisemitismo, sindicalización internacional y hasta denuncias de trata laboral.
- Actividades Internacionales de Mantenimiento de la Paz (CIPA): Se eliminan 393 millones de dólares de aportaciones a las operaciones de la ONU, señaladas por su historial de abusos, corrupción y fracaso en países como el Congo, Mali y República Centroafricana.
- Operaciones de Mantenimiento de la Paz (IAP): Se suprimen 445 millones de dólares, incluyendo programas para entrenamiento y equipamiento militar en África, Asia y América Latina. La administración argumenta que muchos de estos fondos terminaron en países donde hubo golpes de Estado, como Níger, o donde la ONU fracasó en garantizar estabilidad, como en Somalia.
La Casa Blanca defendió que esta medida es un paso firme para recuperar recursos para los contribuyentes estadounidenses y dejar de financiar proyectos que “nada tienen que ver con los intereses nacionales”. Los críticos, sin embargo, han señalado que estos recortes podrían debilitar la cooperación internacional y reducir la influencia diplomática de Estados Unidos en regiones estratégicas.